Hoy hemos decidido comenzar lo ya comenzado, algo así como darnos la oportunidad de salir por otro costado, con otra cara, o quizás no otra sino más bien de frente y sobreexponernos para lograr la tan anhelada representatividad.
Aun teniendo claro que no podemos tener una sola apariencia que a todos nos identifique; aun cuando muchos pensarán que la última asamblea abierta de ACA, donde se eligió a la nueva directiva, no fue lo suficientemente representativa (en tanto sólo éramos un puñado de treinta y pico personas); más aun, cuando muchos estarán pensando que mal pueden ser representados los artistas contemporáneos nacionales por alguien desconocido, de pasado dudoso, presente ignorado y futuro incierto; aun, y junto a todo lo que tenemos por hacer, es lo que somos: un espacio gremial que necesita no sólo de tus comentarios, de tus juicios, de tus críticas, sino más bien construir a partir de la diferencia, porque debemos partir de esta declaración de principios, pero en este caso dejando de ser individuos para pasar a construir un colectivo de particularidades.
Desde hoy estamos acá, de frente, sobreexpuestos, teniendo claro que nuestra participación es soporte de las distintas y distantes posiciones que tenemos sobre un tema común: el arte contemporáneo chileno, como un asunto en construcción.